Un grupo de ingenieros de la Universidad de Illinois han logrado fabricar la célula de combustible más pequeña del mundo. Ocupa un volumen total de 9 mm3 y fue capaz de generar una tensión de 0.7 V y una corriente de 0.1 mA durante 30 horas.
Estas células son dispositivos capaces de generar energía eléctrica, al igual que las baterías que usamos hoy en día. La diferencia radica en que estas células pueden recargarse reponiendo los reactivos internos que se han consumido, ya sean líquidos o gases. Pueden almacenar más energía en el mismo espacio, por lo que disponen de una densidad de almacenamiento de energía mayor.
Para la fabricación de esta "mini-célula" se han utilizado cuatro componentes: un depósito de agua, una cámara de metalhidruro, una fina membrana para separar los elementos anteriores y un ensamblaje de electrodos. La membrana posee pequeña aberturas por las que las moléculas de agua entran en forma de vapor reaccionando con el metalhidruro para producir hidrógeno, lo cual llena la cámara empujando la membrana hacia arriba bloqueando el flujo de agua. El hidrógeno generado reacciona con los electrodos para generar un fujo de electricidad. Según se consume el hidrógeno la presión cae y la membrana recupera su posición original para dejar entrar agua de nuevo y mantener la reacción. Este proceso se repite de forma continua una y otra vez hasta que los reactivos se agotan.
Y uno podría preguntarse: ¿qué pasa si la célula se pone boca abajo? ¿el agua sigue "bajando"? Al ser un dispositivo tan pequeño (3mm x 3mm x 1mm) es la tensión superficial, y no la gravedad, la que controla el flujo de agua.
Desde hace ya algún tiempo se viene hablando de las células de combustible como las futuras sustitutas para las baterías de aparatos electrónicos portátiles: teléfonos móvile, reproductores de música, etc. Está claro que estamos todavía ante prototipos y que, a corto plazo, reemplazar las baterías recargables tradicionales por células de combustible es inviable. Los voltajes y corrientes son insuficientes para dispositivos portátiles pero podrían valer para otros más simples, como microrobots
Fuentes | Tu experto, NewScientist
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